Perteneces a un paisaje recordado. Eterna búsqueda desde de otros paisajes. Incansable presencia de visiones y memorias.
Reconoces cómo en esa flor, en esa hoja, habita tu ser que como ellas es capaz de transformar a pesar del diminuto espacio que ocupa.
Pertenece la flor a la semilla, y ambas a la tierra que les dio vida y en la que habitarán como recuerdo soñador de vida.
