Mi querido Theo:

 

Me distraigo con lecturas que no necesito. Ya se cual es la estrategia que me hace perezosa. De nuevo revoloteo sin tomar tierra. Pero quiero comentar contigo alguno de los textos leídos. Me impresionan. No puedo evitar quedarme con un poso de cada uno de ellos. He visto alguna página de libroterapia (ya hay terapias para todo) y quizá es lo que busco cuando recuerdo párrafos, personajes, escenas… curar palabras que hieren con otras palabras. Intentar provocar emociones justo cuando se necesitan para así poder continuar con el día a día.

Bachelard en su «El agua y los sueños: ensayo sobre la imaginación de la materia» (1942) me ha sorprendido por la profundidad de su análisis, que esperaba más plástico y menos literario, pero no quiero detenerme en los lenguajes, todos son poesía de una u otra forma. Y hablando de libroterapia, una de sus primeras reflexiones es cómo la filosofía de “Schopenhauer ha demostrado que la contemplación calma un instante la desgracia del hecho separándolo del drama de la voluntad. Esta separación de la contemplación y de la voluntad borra un rasgo que queremos resaltar: la voluntad de contemplar. También contemplar determina una voluntad.” De nuevo recuerdo que Wilde reflexiona sobre la contemplación (el no hacer nada) como base de toda filosofía y toda creación. Es curioso.

 

 

La obra de Bacherlard se centra en el agua y los sueños, es decir en la interpretación del agua desde un punto de vista de lo simbólico/soñado y sobre todo centrándose en interpretaciones cercanas al psicoanálisis.

Recorre el agua tranquila que refleja el paisaje (agua-mundo), el agua fresca de primavera, del arroyo ruidoso (agua-vida), el agua como maternidad el ser que nace del agua (agua-mujer-sensualidad)…

Y analiza de forma pormenorizada el simbolismo que Poe da al elemento agua en su obra. Bachelard habla de la imaginación de Poe, y cómo esta imaginación provenía de la fidelidad a un recuerdo imperecedero que otorga unidad a los medios de expresión de Poe que hacen que la tonalidad del verbo en Poe sea genial.

«El agua en la obra de Poe responde a una ensoñación común a toda su obra que es la ensoñación de la muerte. La imagen que domina la poética de Poe es la de la madre moribunda y todas las demás mujeres renuevan esa imagen de la madre y el dolor del huérfano. Lo humano en Poe es la muerte describe la vida por la muerte.

Toda el agua en Poe es agua ensombrecida, agua a punto de morir y contemplar el agua es disolverse, morir. Es un agua pesada, profunda, muerta, una sustancia de sustancia, una sustancia madre» (pág. 66)

Confieso, no he leído mucho a Poe. Bachelard pone unpoema como ejemplo:

vete lejos

hacia un lago aislado que sonríe

en un sueño de profundo reposo

en las innumerables islas estrella

y comenta la idea del agua que con sus reflejos duplica el mundo, lo idealiza, le da un carácter personal, el mundo bajo mi visión. Visión solitaria. Es cierto que el reflejo del paisaje en el agua siempre llama la atención, sorprende por su fidelidad a lo real, por su capacidad de creación de un mundo paralelo, frágil ante cualquier movimiento de la superficie que agite y rompa el efecto.

«El agua se ensombrece absorbiendo todas las sombras. En cada hora de vida el bosque debe ayudar a la noche a ensombrecer el mundo. Cada árbol produce y abandona las sombras. Se separa del tronco que le da nacimiento y es absorbido por la corriente, muere así, hundiéndose en el agua como en una muerte más negra. El agua se traga la sombra.» Insiste en Poe y la invitación a morir que imprime al elemento agua. También cita a Heráclito: “Es muerte para las almas convertirse en agua”.

También recuerda a Jung “El árbol es un símbolo maternal, el agua también. La muerte en las aguas es la más maternal de las muertes.”(pág. 95)

Y cómo no, Bachelard pasa a otra imagen literaria recurrente en el arte: la muerte de Ofelia. Y habla aquí del agua como elemento de muerte/suicidio femenino, el agua como símbolo profundo de mujer, llanto de mujer (ojos que se ahogan en lágrimas…). La relación entre el cabello de la mujer y un curso de agua, ondas en movimiento.

El agua y la noche, mar y tinieblas, la noche al borde del estanque que provoca un miedo específico que comparto plenamente. Agua negra, o agua profunda, imposible acercarse a ella sin sentir miedo a ser engullido.

«Las victorias sobre los cuatro elementos materiales son todas salubres, tonificantes y renovadoras. Estas victorias determinan cuatro tipos de salud, cuatro tipos de vigor, coraje, proporcionando rasgos como lo hace la teoría de los cuatro temperamentos.

El caminador contra el viento, el nadador contra corriente. El primero sería el ejemplo de Zaratustra de Nietzche. El héroe que provoca al viento no acepta la divisa del junco “me doblo y no me rompo” . Las lágrimas del caminante combatiente no pertenecen al orden de la pena sino al de la rabia. El caminante envuelto en la tormenta simboliza una victoria de Samotracia.

La caminata contra el viento, la caminata en la montaña es la que mejor ayuda a vencer el complejo de inferioridad. Es una marcha pura, que no busca un fin. Ofrece constantes e inmediatas impresiones de voluntad. Los grandes tímidos son grandes caminadores, en la soledad de las cumbres. Buscan la lucha pura, la lucha contra los elementos.»(pág. 205 y ss.)

Me alargo reproduciendo este texto pero en este mundo rodeados de juncos y desconociendo los senderos de la montaña, la necesidad de voluntad debe impulsar a muchos nuevos caminantes. Bachelard compara aquí el elemento aire con el agua, y esta similitud sólo puede sentirse en la montaña, cuando el viento envuelve la marcha, animándola o entorpeciéndola.

Finalmente Bachelard reflexiona sobre la palabra agua. El nombre francés de Riviére lo define como una joya misteriosa de la lengua. Bachoffen. La a es la vocal del agua, la a indica una materia prima. Es la letra del descanso del alma en la mística tibetana.