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Lento Amanecer I |
Despierto un día mas sin apenas luz imaginando lo que será. Tranquila, la mañana amanece poco a poco como todas y, aparentemente, como tantas. Pero algo ha debido cambiar, algo en lo mas profundo de la débil luz que asoma acariciando el oscuro recorte de un paisaje rígido y aún dormido.
Lento adormecer que se despide dando paso a un nuevo recorrido que no es mío, que no se aun si lo quiero pero que aquí se presenta firme e insistente. La energía del verano abandonado, la luz dormida en este amanecer helado, la noche pronta a envolver la tarde. Es todo farragosa pereza, todo una invitación a no querer ver.
Por qué me llamas si yo estaba ausente incluso de mi propio sueño. Dormida en una realidad lejana. Y ahora, abre los ojos, levanta el espíritu y despierta el alma. Si, un nuevo día mas ha venido a encontrarte. Encararlo con valor, fluir en el minuto a minuto, dormitar sobre su olvido.
Invita contigo toda esa energia que favorece y anima cualquier acto de amor. Y así, al arrullo del mínimo pensamiento feliz, acogido en el cálido abrazo a la vida, comienza mi día en la esperanza de que toda realidad se concentre en este minúsculo instante en el que yo he decidido abrir mis ojos.
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Lento amanecer II |